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viernes, 2 de octubre de 2015

San Fermines - Pamplona (6 al 14 de Febrero)

Del 6 al 14 de julio la palabra "fiesta" se escribe con mayúsculas en Pamplona. Llegan los Sanfermines. Cuando el "chupinazo" estalla, la capital se transforma en una explosión de vida. Miles de personas de todo el mundo inundan esta ciudad que se tiñe de blanco y rojo. La calle se convierte durante unos días en un derroche de fraternidad, alegría, música y fiesta ininterrumpida al compás de las charangas y las peñas.


Por definición, Sanfermin es sinónimo de fiesta en la calle. Es una mezcla de carnaval, bacanal y cachondeo, favorecida cómo no, por la generosa absorción de bebidas con muchos grados.

Las fiestas se celebran en honor a San Fermín, patrón de Navarra, y conviven muy bien la parte religiosa con la juerga salvaje, incluso hay gente que acude a las dos.

La juerga consiste, como en todas partes, en alcohol, música y la gracia que le pongas tú. No tiene otro secreto. Quizás lo más sorprendente es lo pacífica que es, a pesar de la descomunal borrachera colectiva, no hay muchas broncas, aunque sí bastantes accidentes. La única regla de oro es vivir y dejar vivir; pasártelo lo mejor que puedas y dejar a los demás que hagan lo mismo. No hay más que dejarse llevar por el ambientillo sanferminero. La juerga alcohólica se concentra en la parte vieja de la ciudad, aunque también la hay, más tranquila y descongestionada, en algunos barrios. En general en sanfermines cualquier zona es buena para tomarse unos potes y pegarse unos bailoteos con los amigos.

Además, Sanfermin es conocido internacionalmente por la celebración del encierro, la carrera en la que los toros corren por algunas calles de la parte vieja de la ciudad. Los encierros se celebran desde el 7 de julio hasta el 14, a las 8.00 de la mañana. El día 6 a las 12.00 del mediodía empiezan las fiestas con el Txupinazo. Ese día no hay encierro, pero sí mucha juerga.


Es la fiesta por excelencia, probablemente uno de nuestros iconos más internacionales, un reclamo turístico sin igual para la ciudad de Pamplona. ¿Lo mejor de todo? Todavía no ha muerto de éxito. Pese a que cada año son más quienes se animan a vivir en persona esta celebración, los sanfermines siguen manteniendo su esencia de tradición y arraigo. Si por fin nos hemos decidido a visitar Pamplona el próximo 7 de julio, hay diez cosas imprescindibles que debemos saber.
  • El Txupinazo: Aunque San Fermín se celebra el 7 de julio, las fiestas empiezan oficialmente el día 6 sobre las 12 del mediodía, cuando las autoridades municipales lanzan el famosos txupinazo. Si tenemos claustrofobia, es mejor que no vivamos este momento desde la plaza del Ayuntamiento sino desde la plaza del Castillo, con el mismo ambiente pero algo más de espacio.
  • Ernest Hemingway; Si hay alguien que haya hecho popular esta fiesta más allá de nuestras fronteras, ese es Ernest Hemingway. Tanto sus crónicas periodísticas como su novela The sun also rises (Fiesta, en español), recogen las experiencias y sensaciones del escritor en Pamplona. Al leerlo uno siente la imperiosa necesidad de calzarse el pañuelo rojo y partir hacia la capital navarra.
  • Vino a raudales: El vino y el cava acostumbran a correr a raudales durante el inicio de las fiestas por lo que si nos animamos a vivir este momento desde alguno de los puntos neurálgicos de la ciudad, es probable que nuestro atuendo blanco se tiña pronto de morado. Por ello es aconsejable llevar siempre en la maleta un traje blanco de recambio.
  • Cánticos a San Fermín: Cada mañana, antes del inicio del encierro, los mozos cantan a San Fermín para pedir su protección. Si nos atrevemos a correr frente a los toros y queremos participar del cántico, deberemos aprender sus versos: A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su protección.
  • A quién madruga: Si queremos ver el encierro desde cerca, nos va a tocar madrugar, sobre todo si no tenemos los contactos para conseguir un balcón. Si nuestra alternativa es ver los toros desde el vallado, deberemos estar allí una hora y media antes de que empiece la carrera, es decir, sobre las 6.30 de la mañana.
  • El encierro: Tanto si nos aventuramos a correr el encierro como si somos meros espectadores, escucharemos 4 cohetes que tienen un importante significado: el primero, comienza el encierro; el segundo, todas las reses han salido del corral y están ya en el recorrido; el tercero, ha finalizado el encierro; el cuarto, los toros están en los corrales de nuevo.
  • Las vaquillas: Si los toros nos dan demasiado respeto, podemos disfrutar de las vaquillas. Se trata de unas vacas bravas que sueltan en el ruedo una vez ha terminado el encierro. Aunque se puede tratar de recortarlas y torear, está totalmente prohibido tocarlas o zarandearlas. El ambiente en la plaza es uno de los más animados de toda la fiesta.
  • Fiestas familiares: Aunque los toros son el evento más conocido de la fiesta (tanto los encierros como las corridas), la celebración cuenta con un sinfín de actividades y propuestas para todos los públicos. Los gigantes y cabezudos, por ejemplo, salen todos los días en comparsas para amenizar el ambiente por las calles de la ciudad, haciendo las delicias de los más pequeños.
  • Procesión de San Fermín: El 7 de julio, a las diez de la mañana, tiene lugar la procesión de San Fermín. Es el único día del año que el santo recorre las calles del Casco Antiguo de la ciudad. La Corporación municipal acompaña a la figura rodeada de música y comparsas. A lo largo del recorrido se hacen varias paradas, los llamados momenticos, para homenajear al santo cantando una jota.
  • Pobre de mí: A las doce de la noche del 14 de julio los Sanfermines llegan a su fin con el Pobre de mí, la canción de despedida que los pamploneses entonan con pesar desde la plaza del Ayuntamiento o la del Castillo: pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín. La tristeza se acaba al pensar que ya falta menos para que vuelva a ser 7 de julio otra vez.

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